Friday, June 17, 2005

La Lámpara Paradójica

Schorringer preguntó:


...Si a Aladino le da por pedirle al genio que no le conceda el deseo... ¿En qué medida este pequeño contratiempo podría llegar a afectar(*) al desenlace posterior de la historia?...



Una lectura somera de tamaño desafuero en el enunciado de la pregunta nos llevaría presto a considerar cuajado el cerebro de nuestro germánico hermano, pues no escapa a nuestra consideración más elemental que aquello que Aladino, el célebre y hermoso sirio de arrebatadora belleza y en la flor de la adolescencia (¿qué es esto?, ¿tengo una erección?, ah, no, es de nuevo el cajón de la mesa que se me clava en los güebos) debía hacer, era pedir en su caso hasta un total de tres deseos al genio susodicho, careciendo así de todo sentido la idea de pedir que algo no te sea dado, cuando de antemano careces de ello y la célebre novela no da a entender en modo alguno que el genio imponga la petición de los deseos a Alí-Babá (o como se llame el héroe), pues no le coacciona para el disfrute de las tres gracias bajo amenaza de sodomización -tan al uso por otra parte en la época y región en que transcurre la acción del cuento- u otros males.


"Pídeme", le dice, ante lo que cabe pedir o rehusar, pero queda fuera de lugar como respuesta "pedir" que no se de lo que se ofrece.


Pero vemos que a renglón seguido, nuestro hermano Schorringer hace la siguiente matización: "...(*)Seamos serios. O no...", que nos da la pista del tono sarcástico y contradictorio de su enunciado y, por ende, del contenido de su cuestión, pues alude de forma clara a la paradoja de las paradojas. Es sabido que no existe frase más ridícula en la mundo que "seamos serios", y así quedó demostrado durante la pasada guerra civil europea que perdió justamente una institución que ostentaba esas siglas, las SS de "Seamos Serios" en el cuello de los uniformes de sus hombres -si bien empleaban la voz alemana "Schutzstaffel" por razones de cripticismo que escapa al contenido de este artículo-.


Desvelado el enigma, queda claro entonces que nos hallamos ante un juego de lógica similar al de frases o ideas imposibles de responder o desentrañar como esta: "siempre miento", paradoja que alcanza el grado de suprema, pues no hay mente alguna capaz de llegar a buen puerto con ella.


Excelente motilidad intestinal a todos.


Lumen Dei

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